sábado, 2 de marzo de 2013

¿Por qué me explotó un huevo?

Y aunque la expresión pueda sonar mal, es justo lo que pensé hace un par de días mientras freía un huevo en la sartén.  Y no era un huevo cualquiera, se trataba de un auténtico huevo de corral. Pude sobrevivir de milagro a las continuas explosiones que se iban sucediendo en la sartén, no puedo decir lo mismo de  la cocina. Encimera, suelo, armarios, campana extractora, incluso el techo tenía gotas de aceite de alta velocidad (cómo diría Grissom en CSI) y fragmentos de metralla (digamos que del huevo sólo me pude comer la yema).

Establecí un perímetro de seguridad de un metro aproximadamente, que sólo traspasé en dos ocasiones, para apagar el fuego y para retirar la sartén de la vitro. 


He indagado un poco para hallar las causas de lo ocurrido ya que nunca antes me había pasado nada de estas dimensiones. Lo primero que hice es acudir a la principal fuente de sapiencia, no se trata de la wikipedia, sino de mi querida mamá. Lo primero que me dijo es que debía haber tenido a mano una tapadera para la sartén (cosas obvias pero si nadie te las dice.... pues no caes¡¡), lo segundo es que el huevo debía tener exceso de agua. Para complementar estos datos, busqué información adicional por la red y que adjunto por si fuera de interés. Parece que otras causas pueden ser:
  • Que estuvieran los huevos demasiado fríos cuando se echaron al aceite (¡puede ser porque fue sacarlos de la nevera y freírlos¡).
  • Una excesiva temperatura en el aceite (¡puede ser porque el aceite humeaba bastante¡).
  • Haber echado la sal en el momento de freír (¡también había echado sal¡).
(una información de última hora apunta a un exceso de calcio en las gallinas y por ende, en el huevo). Cómo dije antes, era un huevo de corral, por lo que también estarían ricos en calcio por las piedras y todas las cosas que la gallina picara del campo. 


En fin, leyendo estos datos sólo puedo decir que lo hice todo mal y que pasó lo que tenía que pasar. 
 
Sea como fuere, para futuros huevos recomiendo tener a mano una tapadera para la sartén y adquirir un traje de éstos para superar cualquier incidente o peligro. 






   
(Esta entrada se la dedico a mi hermana por las veces que la ví luchar contra un huevo rebelde, cual espadachín de la edad media, con una espumadera en mano).

Autor: Miguel Ángel Santos Hidalgo




3 comentarios:

  1. ... Y cuántas veces me he acordado de Buda, cuando el aceite saltaba hacia manos, brazos y piernas... ¿y porqué no lo hacía hacia la ropa?...
    S
    eguro que la explicación, está dentro de las Leyes recopiladas por el tal Murphy... :-)

    Gracias por este ratito en el que la sonrisa no se ha desdibujado de la cara.

    Abrazo y felicidades por el Blog !!!

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  2. Yo creo que la lucha se debía más a la inexperiencia que a otra cosa, que ya sabes que entonces y casi también ahora no hacía en ese campo ni el huevo, nunca mejor dicho.

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    1. Bueno, pues espero que este blog en su apartado "recetas de supervivencia" te de alguna pista...Ya sabes el dicho, el "hábito hizo al monje", en tu caso podría ser "la necesidad hizo a la cocinera". Tu lo haces todo bien¡. I love you

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