Muchas veces me quejo para mis adentros por estar todo el día corriendo, pensando que tengo que hacer por la mañana, por la tarde, a veces incluso por la noche. Gritas en silencio ¡quiero un día sabático¡, si son dos tampoco pasa nada. Pero en seguida surge algo que hacer y la rutina se hace dueña de tu cuerpo y mente.
©
Miguel Ángel Santos Hidalgo
|
A veces la rutina te da concesiones y puedes dedicar un rato a pasear, mezclarte con la gente, fotografiar lo que te rodea, sentir simplemente que eres un ser vivo más. En esta ocasión pude retratar a dos mujeres sentadas en el mismo banco, con una botella de cocacola con el mismo nivel de llenado, creo que es la única similitud entre ellas. Me surgen muchas dudas sobre estas dos mujeres: ¿se conocen? ¿son amigas o familia? ¿son suyas las botellas de refresco o llegaron después? Una parece que ya no espera nada, la otra parece inquieta, como si esperara a alguien.
Al final, la vida se compone de pequeños momentos, de grandes ilusiones, de sueños, de realidad. Lo importante es llenar tu corazón de todo ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario