El verano pasado tuve la oportunidad de visitar el museo del Marqués de Valdecilla, situado en Solares (Cantabria). La verdad es que su historia es de esas que merece la pena leer. Haciendo un breve resumen, Don Ramón se fue a hacer "las américas", y vaya si las hizo. A su regreso a España, vivió como un marqués, sí, pero no se conformó sólo con eso, quiso ayudar a su pueblo, distribuir su riqueza entre los demás, sabiendo que todo lo que no sea alma, se queda en la tierra. Así pues, dedicó su fortuna a realizar distintas obras que a día de hoy, todavía son edificios importantes para la zona, como el Hospital Universitario de Valdecilla. Entre estas construcciones para las que colaboró económicamente, cabe destacar: las escuelas de Medio Cudeyo, el Ayuntamiento, el Juzgado, la Casa Cuartel, la Iglesia de Valdecilla, la Universidad Central, el Palacio de la Magdalena, y una de las más importantes, el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
Dos detalles de los lujos del palacio donde vivía.
|
Báscula de baño |
|
Lujoso baño |
Los lujos de la época, son cosas ya comunes en los tiempos actuales, como disponer de agua caliente, una nevera, luz, el agua potable; cosas que ya no valoramos porque las damos por supuestas.
Mi abuelo siempre decía que cuando se fuera, no nos quería ver llorar, ni vernos vestidos de luto, que el ya no se iba a enterar de nada. Siempre decía que si teníamos que hacer algo, si teníamos que demostrar amor y cariño, lo hiciéramos en vida, cuando de verdad se sienten las cosas.
Creo que Don Ramón vivió de esta manera, disfrutó de todo lo que la vida lee dió, e hizo todo lo que estuvo en su mano para repartir alegría entre el mundo que le rodeaba. Creo que es un ejemplo para todos hoy, y que cada uno en su míni parcela de mundo, puede hacer muchas muchas cosas por los demás. Creo que Don Ramón murió feliz.