Os lo recomiendo, os recomiendo comprar un gran paquete de pipas, un bocadillo y una botella de agua (o lo que queráis), y visitar por la tarde/noche cualquier pueblo deshabitado de los cientos que hay en España; por supuesto bien acompañado.
La ausencia de ruido, de vida, la soledad que invade el ambiente, son perfectos para dejar ir tu mente y pensar que huella dejaremos cuando ya no estemos en este mundo llamado Tierra. En el mejor de los casos, ya estoy casi en la mitad de mi existencia, y como la otra mitad se pase tan rápido como ésta, no nos queda tanto tiempo aquí. Quedan muchas cosas todavía por hacer.
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Miguel Ángel Santos Hidalgo
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En otras ocasiones hemos visitado pueblos abandonados y en estado de ruina, pero en este caso, el pueblo parecía simplemente abandonado, como si la gente hubiera huido con lo puesto; las calles estaban asfaltadas e iluminadas, había casas en buen estado, incluso una iglesia. Actualmente el pueblo ha sido comprado por un particular que labra las tierras, pero no estaba en el lugar.
Fotografía hecha en una única toma, es lo que tiene la fotografía nocturna.
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